RETOS Y OPORTUNIDADES DE LOS OPERADORES DE PRODUCTOS PETROLÍFEROS

La energía es un bien necesario e imprescindible para el correcto funcionamiento de la sociedad y de la economía. Los ciudadanos, las empresas, las industrias y todo tipo de organizaciones dependen de la energía para su día a día y para realizar sus actividades y las tareas. Pero el sector de la energía es un área económica compleja que se encuentra de forma permanente en escenarios de gran volatilidad, fruto de la conjunción de diferentes tendencias y de la implacable actuación de las leyes de la oferta y la demanda. El resultado es una realidad llena de incertidumbres en la que deben desarrollar su trabajo las empresas energéticas.

Si esa realidad es complicada para cualquier empresa del sector, lo es más para los operadores de productos petrolíferos. En este segmento de negocio la volatilidad es máxima, entre otras razones por la influencia de factores externos al sector (tensiones geopolíticas, decisiones de los productores de petróleo, evolución de la economía, etc.). Esto dificulta el diseño de las estrategias de estos operadores y el cumplimiento de sus objetivos. En este marco, ¿cuáles son los principales retos y oportunidades de los operadores de productos petrolíferos?

EL PRINCIPAL RETO ES GARANTIZAR EL SUMINISTRO Y DIVERSIFICARSE, APOYANDO A LA VEZ LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

El principal reto de los operadores de productos petrolíferos es garantizar el suministro de esta fuente de energía de forma segura, manteniendo unos precios asequibles para los usuarios y ayudando a reducir la huella de carbono de los productos petrolíferos.

Este reto básico se ve muy influenciado por la transición energética en marcha. La sociedad demanda esa transición, tendencia que se refuerza con la voluntad decidida de los organismos internacionales y las Administraciones para hacer frente al calentamiento global y luchar por la sostenibilidad del planeta. Por ello, los operadores tratan de hacer compatibles sus estrategias de negocio con los objetivos de la transición energética, lo que supone una autentica revolución que requiere innovación tecnológica e inversión. 

Estos operadores deben seguir garantizando el suministro de unos productos que siguen siendo necesarios para mantener el mundo en marcha, especialmente en áreas como el transporte. La disminución del protagonismo de este tipo de combustibles se tendrá que producir, pero todavía no es visible. Por otro lado, la pujanza de las energías renovables es evidente, así como la electrificación de las distintas áreas de actividad.

Y para hacer frente a los retos hacen falta recursos humanos especializados en el mundo de la energía y en el ecosistema digital y de la innovación en el que está inmersa la economía. Ese talento es escaso y hay mucha competencia por los recursos tanto dentro del sector como por parte del resto de áreas económicas, lo que obliga a las áreas de recursos humanos de las compañías energéticas a establecer estrategias para captarlo y retenerlo. Se trata de un reto adicional.

La suma de todos estos retos obliga a los operadores de productos petrolíferos a diseñar e implementar planes de transición y a diversificarse en el negocio de la energía.

LOS RETOS DAN PASO A OPORTUNIDADES

Como el cualquier escenario de cambio profundo, la transición energética abre a los operadores más activos e innovadores una amplia gama de oportunidades, que tienen que ver con la diversificación en fuentes de energía y negocios, la aparición de nuevos modelos de negocio o la digitalización de toda la cadena de valor. 

DIVERSIFICACIÓN

Además del reto de garantizar el suministro de productos petrolíferos alcanzando alianzas con suministradores internacionales y reforzando sus equipos de trading, la diversificación resulta clave para los operadores. Por un lado, buscando alternativas más verdes a los combustibles tradicionales mediante el desarrollo y la comercialización de biocombustibles. Por otro, añadiendo a su cartera de productos y servicios otros relacionados con la electricidad y con otras nuevas energías. En definitiva, dando el salto para convertirse en operadores multienergéticos.

NUEVOS MODELOS DE NEGOCIO

Estos modelos transforman la comercialización de productos en la oferta de servicios, lo que supone la aparición de conceptos como la energía como servicio (Energy-as-a-Service o EaaS). Así, los operadores energéticos ofrecen de forma inteligente paquetes de servicios, utilizando las redes e instalaciones existentes como soporte e incluyendo también otros servicios y equipamientos. Los usuarios pagan una suscripción a los servicios o lo hacen en función de su tiempo de uso. Los nuevos modelos contribuyen a mejorar la eficiencia energética, facilitan la transición hacia energías más limpias y universalizan su acceso.

DIGITALIZACIÓN

La amplia difusión de las tecnologías digitales también ha llegado al sector de la energía y tiene efectos en toda la cadena de valor, incluyendo la puesta en marcha de nuevos modelos de negocio. La digitalización abre un enorme espectro de oportunidades que van desde el empleo de gemelos digitales para el diseño de instalaciones o la optimización del control de plantas hasta la logística, la mejora de la eficiencia energética de los procesos o la reducción de emisiones. La flexibilidad de las aplicaciones y servicios basados en software, el análisis de los datos que se generan o su funcionamiento 24×7 contribuyen también a la transición energética hacia un mundo más sostenible.

RETOS Y OPORTUNIDADES DE GRUPO HAFESA

Grupo Hafesa, el holding empresarial de capital 100% español especializado en la adquisición, almacenamiento, comercialización y distribución de productos petrolíferos, se enfrenta a los retos derivados del segmento de la economía en el que opera.

En este sentido, su principal reto es el de garantizar el acceso a los combustibles tradicionales en condiciones competitivas de mercado, combustibles que tienen un papel destacado de bisagra en la actual transición energética. Y debe hacerlo en un entorno complejo, muy regulado y volátil, donde la geopolítica juega un papel fundamental. Para ello, su estrategia se centra en potenciar el trading mediante acuerdos con suministradores internacionales de prestigio, aumentar su red de terminales de almacenamiento propios y de estaciones de servicio y optimizar sus procesos, sistemas y operaciones logísticas. 

Además, la compañía está ya adaptándose a un futuro sin combustibles fósiles, abordando y diversificándose en nuevos negocios que la llevarán a ser un operador multienergético, como biocombustibles, electricidad o movilidad eléctrica.

La transición energética está sobre la mesa, pero no puede hacerse de forma improvisada o sin tener en cuenta los desafíos y necesidades tanto de la oferta como de la demanda de energía. Una transición que los tenga en cuenta presenta numerosas posibilidades de creación de valor para los clientes de los productos energéticos. Grupo Hafesa quiere aprovecharlas y seguir creciendo, transformándose e integrando criterios ESG en todos sus procesos de toma de decisiones. Apuesta también por promover una cultura de seguridad, desarrollo del talento y diversidad para multiplicar su competitividad y su capacidad de innovación.